LOS MANGAS DE ANDRES


Hoy: ASTROBOY Vol.3
Hora de reencontrarnos con el Manga no Kamisama para la que probablemente sea la mejor aventura de Astroboy, el clásico de clásicos del manga y el animé. Este tercer tomo de la edición de Deux (¿vieron? Yo lo vivo bardeando a Muñones, pero le compro todo lo que edita…) incluye una historia corta y una larguísima, que no es otra que la mítica saga de Plutón, el mega-robot creado para destruir a los siete mejores robots de la Tierra. Seguramente es la aventura de Astroboy con más machaca y destrucción, la que tiene más y mejores combates. Pero además tiene –típico de Tezuka- una fuerte dosis de mensaje moral.
Plutón es un robot creado para destruir, pero no es necesariamente malo. Combate y destroza a sus adversarios porque responde a su programación. Así es como, con el correr de las páginas, su propia relación con Astroboy y su hermanita Uran empiezan a mostrarnos un lado “humano” de Plutón, o por lo menos ciertos gestos de nobleza, de agradecimiento, de solidaridad, siempre seguidos de un “Esta vez no te hago crosta, pero la próxima, posta que sí”. El Dr. Ochanomizu hace lo que el lector quiere hacer: buscar al turro que programó a Plutón y tratar de revertir ese designio jodido que lo convierte en una máquina de matar. Obviamente no lo logra, pero Tezuka aprovecha las peripecias de Ochanomizu para mostrarnos al verdadero villano de la historia, lo cual hace que le tomemos más cariño todavía al implacable Plutón.
Sin duda, un golpe bajo de niveles disneyanos por parte del Manga no Kamisama, porque en todo momento sabés que Plutón va a terminar muy mal. Ni siquiera es el único golpe bajo: la escena de Epsilon (el robot australiano) con los nenitos que le dicen “tío” y lo abrazan es too much. Sirve para hacer impredecible y sorprendente la actitud de Epsilon para con Plutón cuando este último queda sepultado en el barro, pero es terrible.
Además de Epsilon, hay un par de robots más a los que Tezuka llega a desarrollar bastante antes de que Plutón los convierta en chatarra, lo cual por un lado está bueno y por el otro es un bajón, porque podrían haberse sumado al elenco de secundarios de la serie y enriquecerlo notablemente. El que se dio cuenta de esto fue el gran Naoki Urasawa, que convirtió a esos robots en los protagonistas de Pluto, su increíble policial noir ambientado en el universo de Astroboy. Gesicht, el robot policía alemán (Gezith, en la traducción argenta) será quien lleve adelante la trama, pero todos ponen, como en la perinola.
Y así como el mensaje de esta primera historia parece ser “Cada uno es lo que lleva en su interior”, más allá de la programación que te implante un villano, o de los caballos de fuerza que tenga tu motor atómico, la segunda historia es un alegato contra la codicia y la discriminación. En apenas 19 páginas, Tezuka desarrolla un argumento coherente, complejo y divertido, sin estirar al pedo, sin ninguno de los tics molestos que tienen los mangas de hoy, esos que se toman 250 páginas para mostrarte cómo un tarado con anteojitos se agacha para mirarle la chabomba a una tarada con minifalda.
En ese sentido, casi todas las aventuras de Astroboy contradicen los principios de lo que hoy se considera “narrativa oriental”. Lo cual es más que paradóljco, porque estamos frente a trabajos del tipo que es considerado “el padre del manga moderno” que no se parecen en lo más mínimo al “manga moderno”, sino que está mucho más cerca de ser un comic occidental, aunque leído de derecha a izquierda. Cosa que también sucede con otros autores fundamentales, como Yoshihiro Tatsumi, o Suehiro Maruo, lo cual me hace pensar que eso que hoy parece ser “el manga moderno”, ese canon indiscutible, en realidad no es más que un estilo entre varios, no la única forma narrativa posible para el comic japonés como tantos prefieren creer.
Pero bueno, la onda de esta reseña no era hilar tan fino, sino recomendar enfáticamente este tomo de Astroboy a todos los que se aguanten la espesa cucharada de golpe bajo y moraleja que el Manga no Kamisama te hace tragar a modo de peaje, para dejarte entrar a un mundo maravilloso de ciencia-ficción, runflas políticas y superhéroes mecánicos que se recontra-cagan a palos en peleas desbordantes de dinamismo y emoción. Seguramente escuchaste más de una vez, tanto a sabios como a subnormales, hablando horas sobre este “clásico indiscutido de blablabla”. Si te queda alguna duda de por qué Astroboy es un clásico indiscutido, este librito te la saca, para siempre.

1 comentarios:

El Critico Citrico dijo...

Yo estoy leyendo justamente Pluto que es la remake de este capítulo que llevo a cabo el autor de Monster como decís en la nota.

Me faltan unos 14 episodios para terminarla y es muy bueno.

El tomo este lo compre en la pasada Animate y para ser sincero si esta es la mejor de las historias de Astroboy yo no me di cuenta, no es mala pero no me voló la capocha.

Lo malo es la edición comparada con la yanqui que trae varias cositas extras.

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