LOS MANGAS DE ANDRES


Hoy: OMEGA 7
Motofumi Kobayashi es un mangaka que no se parece casi nada a los demás mangakas, en primer lugar porque sus influencias vienen claramente del comic europeo. En su estilo están muy presentes grandes maestros del dibujo realista como Hermann, Milo Manara, Francois Boucq, Horacio Altuna, Grzegorz Rosinski y Manfred Sommer. No es casualidad que haya sido el primer autor japonés contratado por la Marvel para crear una serie en el sello Epic (Psychonauts, con guión de Alan Grant). Dentro de esa estética, Kobayashi también tiene hallazgos propios, por supuesto, como la aplicación de grises con pincel y aguadas, un gran efecto que utiliza para darle más power a los fondos, y en especial a las explosiones.
Porque, claro, Kobayashi es un referente ineludible en materia de comic bélico. La inmensa mayoría de sus historias giran en torno a la Segunda Guerra Mundial, o a la guerra de Vietnam. Omega 7, en cambio, nos muestra a un comando secreto japonés (casi un Suicide Squad) que se mete de keruza en mini-guerras de principios de los ´90, en Camboya, en Sarajevo, el Líbano o Colombia, ya sea para rescatar rehenes, destruir arsenales, o arrasar con campos de entrenamiento al servicio del terrorismo internacional. Como en tantos buenos comics de guerra, acá los miembros del Comando Omega no odian al enemigo, sino que van, matan y hacen mierda todo simplemente porque alguien se los ordena. Los tres protagonistas (Komatsu, Hiroaka y Tanaka) son tipos normales que se vieron envueltos en notables kilombos de guita y deudas y el ejército japonés les brinda la chance de eliminar todas esas deudas a cambio de que se jueguen la vida en estas misiones. El único que es un verdadero hijo de puta, un garca feroz que desprecia a los enemigos y no tiene reparos en cometer ninguna atrocidad, es el superior de los Omega, el Comandante Sato, quien habitualmente se infiltra en los lugares de las misiones para recabar información. Sato maltrata y humilla a sus propios soldados, o sea que no hay que ser un genio para imaginarse qué les hace a los que luchan para el bando de enfrente. La escena en la que tortura a un camboyano es absolutamente escalofriante.
No es la única. Acá las bombas explotan de verdad y Kobayashi no tiene ningún drama en mostrarnos a gente que vuela por el aire desmembrada al pisar un mina, tipos a los que les cuelgan las tripas tras recibir el impacto de una granada, cabezas seccionadas y hasta una mina (una de los líderes del campo de entrenamiento terrorista libanés) que queda tendida en el suelo, sin un brazo, literalmente partida por la mitad, con los órganos desparramados por el piso, que con su último aliento le suplica a los “héroes” que la maten. Por supuesto ninguno desperdicia una mísera bala.
Kobayashi además documenta todo con enorme precisión. Estamos, sin dudas, ante un veradero fan de la guerra. Los tanques, los helicópteros, las armas, las minas y hasta el último elemento que compone el equipamiento de este comando de elite es descripto y explicado con lujo de detalles, al igual que muchas de las armas que manejan las facciones enemigas. Por supuesto, tanto canto a la guerra y a la violencia armada (incluso muchas veces ilegal, porque los Omega les disparan también a las tropas de la O.N.U.) es nefasto y deplorable, como cualquier incursión de cualquier célula armada en un país que no sea el propio. Pero esto está todo tan bien dibujado y tan bien contado, que durante buena parte de las cinco misiones que ofrece el tomo, te olvidás de lo jodido que es el planteo, y estás ahí, tenso como en una definición por penales, haciendo fuerza para que Komatsu y sus amigos lleguen más o menos enteros al fin de la misión.
Si además sos de esos fachos que se excitan cuando ven armas, milicos y apremios ilegales, Omega 7 te va a detonar el bocho, mal. Y además vas a encontrar a un nuevo ídolo en el Comandante Sato, prócer de la mala leche y la violación de los derechos humanos. Creo que lo único que me hace dudar de que Kobayashi sea también un fan del gatillo fácil y la tortura es que su caracterización de Sato está tan pasada de rosca, que parece querer presentarlo como un personaje grotesco, una caricatura deforme de algo que está intrínsecamente mal. Pero son dudas, nomás. Por ahí Kobayashi también es de los que se excitan con chumbos, misiles y granadas… lo cual no lo hace menos genial como historietista, obvio.

Anticipamos el numero 9

Falta muy poco para que este en la calle la nueva Komikku, que bajo esta espectacular portada, trae estos no menos espectaculares contenidos.


NOTAS
Balance de la Década
Se termina la primera década del milenio y el staff de Komikku repasa lo más importante, las obras, autores y tedencias que sacudieron al mundillo en los últimos 10 años. Un notón ambicioso e imprescindible.
Super Mario Bros.
Uno de los máximos íconos de la historia de los videogames cumple 30 años y José Luis Gaitán lo festeja con un completísimo informe sobre toda su alucinante trayectoria.
Satoshi Kon
Con nuestro número anterior en la imprenta, se nos fue uno de los más grandes creadores de la historia del animé. Andrea Vega lo homenajea en una nota que repasa su inolvidable filmografía.
Ricardo Cruz
De Brasil a Japón y de ahí al mundo entero, el popular músico de JAM Project dialogó con Daniel Vigide Agre en una entrevsita inédita.
Ayako
Descubrimos otra obra del período heavy de Osamu Tezuka, un drama familiar salpicado de lujuria y corrupción sencillamente increíble. Escribe Andrés Accorsi.
Strawberry Panic!
Una de las obras fundamentales del yuri es esta creación de Sakurako Kimino y Namuchi Takumi. Carolina Rossi coquetea con otras chicas para poder traerte toda la info.
Cosplay
Desde las márgenes del folklore otaku, emergió un fenómeno cultural que desbordó a Japón y se comió el mundo. Pablo Degrandi analiza los orígenes del fenómeno y Edu Di Costa aporta la visión desde Argentina.

SUPLEMENTO SAINT SEIYA
Novena entrega del suplemento coleccionable dedicado a la máxima creación de Masami Kurumada. Escribe Pablo Degrandi.

SECCIONES
El Instituto Atómico, por Fede Velasco
El Expreso de Oriente
Andrés Accorsi te trae el más completo panorama informativo para estar alerta con todo lo que se viene.
La Tintorería
Otra oda a la mala leche perpetrada por el diabólico Dr. Bukkake.
Mangamanía
Dani Acosta, Martín Fernández Cruz y José Luis Gaitán repasan muñecos, bandas de sonido y videogames imprescindibles.
El Submundo de Edu
Edu Di Costa, el rey de la noche y los gatienzos, recorre nuevos aspectos de la pasión japonófila.
Correo
Fede Velasco repasa algunas de las cartas e e-mails que nos enviaron los lectores de Komikku en respuesta a nuestros primeros números.
Komikkultura
Para entender mejor los mangas, o simplemente por curiosidad, te brindamos un completo recorrido por el cine, los deportes, la música, las costumbres, la moda y la gastronomía de Oriente.

HISTORIETA: ¡¡Vos también la tenés adentro!! por Daniel Lopez.

Komikku en Animate!


Este fin de semana, vamos a estar en Animate! con nuestro stand de venta con grandes ofertas para todos aquellos que quieran completar su colección de la revista.

Además estaremos dando una charla el día Domingo a las 17:15 Hs hablando del nuevo número y todas las novedades que les tiene preparado Komikku para el próximo año ¡Los esperamos!

LOS MANGAS DE ANDRES


Hoy: HITLER: LA NOVELA GRAFICA
La novela gráfica que hoy nos ocupa es gekiga clásico; de hecho, en Japón se conoce como Gekiga Hitler. Estamos ante un tomo autoconclusivo, con bastante contenido didáctico, sin elementos fantásticos y sin chistes. Y ante un autor, Shigeru Mizuki, que hoy tiene 88 años y que lleva más de 50 años trabajando como mangaka profesional, además de haber escrito varios libros. Mizuki es una institución en Japón, y una inspiración para las generaciones que lo siguieron, sobre todo por sus mangas de yokais (fantasmas, duendes y demás criaturas fantásticas vinculadas al folklore popular de la islita). Pero, al haber vivido la Segunda Guerra Mundial, en la que peleó y perdió un brazo, también tiene varias obras de carácter histórico ambientadas en ese período. Gekiga Hitler es de 1971 y salió a la luz en la Shukan Manga Sunday, donde Mizuki tenía tanta chapa entre los lectores que le compraban cualquier cosa que hiciera.
La historia arranca cuando Adolf Hitler tiene 19 años y vive en Viena, tratando sin éxito de insertarse en la comunidad de las bellas artes, que son su pasión. Mizuki nos guiará con mano maestra a lo largo de los 37 años siguientes, en los que veremos a este joven obstinado y medio trastornado convertirse en uno de los líderes más influyentes y más sanguinarios de la historia de la Humanidad. La primera mitad de la novela nos muestra su llegada al ejército, sus andanzas en la Primera Guerra Mundial, sus primeros pasos en la política, todo muy detallado y documentado, con diálogos filosos y profundos, que revelan a Hitler como un tipo intrépido, decidido a todo, con un enorme carisma y muchas más dotes para la oratoria que para las artes plásticas.
La segunda mitad nos narra el ascenso de Hitler a las más altas esferas del gobierno de Alemania y cómo, bajo su mandato, este país vuelve a soñar con el Imperio Germánico y se lanza a apoderarse de buena parte de Europa. Acá lo vemos a Hitler, de nuevo osado e inescrupuloso, bajar línea a cuatro manos, negociar, mentir, envolver con moñito a aliados y adversarios y, ya cuando el final es inevitable, Mizuki nos lo muestra como un tipo abatido, superado por los acontecimientos, firme en el error y en la decisión de no morir rendido ante nadie. Acá vemos también que, a pesar de algunos errores, el führer tenía también un talento poco frecuente para la estrategia militar, e incluso Mizuki deja en claro cómo, incluso en el momento de mayor poder, rayano en la megalomanía, el tipo mantenía intacta su pasión por las artes.
Lo único que no explica Mizuki es de dónde viene el odio por los judíos que ciega a Hitler. De hecho, si te revuelve las tripas ver imágenes del holocausto, campos de concentración, torturas, etc., quedate tranqui, porque eso no aparece en el libro, salvo por mínimas pinceladas. La primera secuencia la protagoniza un grupo de judíos franceses que le escapan a una razzia de la Gestapo en la París ocupada, pero después el tema del exterminio de millones de judíos prácticamente no se toca. En ese sentido, el autor le cobra barato al genocida.
El dibujo combina momentos de gran realismo documental, sobre todo en las batallas, movilizaciones y demás actos históricos, con momentos en los que los personajes aparecen un poco más caricaturizados, aunque sin llegar al grado de exageración con el que Mizuki dibuja a los protagonistas de sus otras obras. De todos modos, el principal esfuerzo del mangaka no está puesto en dibujar mejor o peor, o más real o más cartoony, sino en que no te aburras nunca, a pesar de que hay muchísimas páginas de ocho viñetas en las que sólo vemos a gente que habla o –a lo sumo- discute. Muchas veces una de esas viñetas es reemplazada por un bloque de texto en el cual Mizuki nos brinda información sobre el contexto en el que transcurre la escena, o sea que hay muuuucho para leer y se complica bajarse las 270 páginas de un saque, no sólo por lo heavy de lo que se nos narra, sino también por cómo elige narrarlo Mizuki.
Pero el esfuerzo remunera y mucho. No todos los días tenemos a una figura histórica seminal, desmenuzada y estudiada en detalle por uno de los artistas más importantes de la historia del manga. Esta novela gráfica te va a dar muchísima información, te va a dejar pensando y seguramente pidiendo a gritos más mangas de Shigeru Mizuki. Grosso de verdad.

Este finde, otra vez dos funciones!

Como ya parece norma, este fin de semana vamos a estar Sabado y Domingo en Undercomic (Escuela polivalente de arte - Avda.Fleming 1621, Martìnez, partido de San Isidro).



Y el Domingo en Random (Sarmiento 1867, Capital Federal). Los esperamos!!

Komikku Short News

El tomo 60 de One Piece vende más de 2 millones de ejemplares en tán sólo 4 días. Un verdadero record!

LOS MANGAS DE ANDRES


Hoy: GOGO MONSTER
Sigo cebado con autores raros, vanguardistas, transgresores, generales del ejército que derrota en cada batalla al “Más de lo Mismo”. Y esta vez me toca meterme con uno de los mangakas más increíbles de todos los tiempos, el siempre complejo Taiyo Matsumoto, conocido en todo el mundo por la inolvidable Tekkonkinkreet.
Matsumoto es raro de verdad. Su ritmo narrativo es inexorablemente japonés, con unas pausas y una pachorra que exasperarían al mismísimo Jiro Taniguchi. Pero su dibujo no. No se parece al de ningún otro autor nipón. Y así como en Tekkonkinkreet o en Blue Spring se veía fuerte la influencia de Moebius y José Muñoz, acá se ve mucho más Nicolás DeCrécy, o Frederic Boilet. En suma, hay un look europeo en la superficie del trabajo de Matsumoto, que lo hace ganchero para el lector de ese tipo de comic, de impronta más adulta y autoral.
GoGo Monster, como los peores mangas huecos y pochocleros, transcurre en una escuela, pero esta es una escuela primaria, o sea que no hay quinceañeras sexies brindando el fan service con el que se entretienen los losers incapaces de seguir un argumento mínimamente elaborado. El protagonista es Yuki Tachibana, el rarito, el marginado, el ninguneado por sus compañeros de segundo grado, el que vive en una nube de pedos, en su propio mundo. La gracia está en que ese mundo fantástico, poblado por pesadillescas criaturas, parece intersectar con el nuestro precisamente en la escuela (de hecho, casi no hay escenas fuera de la misma). Yuki cuenta lo que ve, vaticina lo que se viene, pero en vez de la paranoia obtiene la burla de los otros alumnos.
El niño-genio IQ (más chapita que Yuki, si se quiere) y el más normal Makoto son los únicos que interactúan con Yuki, más que nada por curiosidad, para enterarse si este pibe está loco, o si realmente existe en la escuela la amenaza de una horda de seres sobrenaturales. Ni ellos ni Ganz, el ordenanza y jardinero de la escuela, parecen involucrarse demasiado con el relato que hace Yuki de lo que ve “del otro lado”, pero los tres le siguen la corriente y le brindan una cierta contención.
El resto de los alumnos sólo aparece para sumar confusión, son ruidos de fondo, como el perro, como los aviones (que pueden ser o no una pista importante en el misterio), como esos diálogos truncos e inconexos que aparecen en las historietas de Muñoz y Sampayo, que no corresponden a ningún personaje importante. Entre todos esos, hay uno alucinante: un pibe que manda “Me quise tirar un pedo, pero me salió un sorete”, en la pileta de natación.
GoGo Monster es 100% realismo mágico y, lógicamente, está plagado de simbolismos y metáforas: el cuarto piso de la escuela pareciera ser el aguantadero de los monstruos. El conejo blanco -cuya pureza se resalta- es el único que se escapa del corral. Los aviones vuelan demasiado bajo. El chico-genio sólo interactúa con otros si puede cubrir su cabeza con una caja de cartón. Flores que deberían crecer en verano crecen en invierno. Y en el climax, cuando Yuki se aventura en la oscuridad del “otro lado”, Matsumoto opta por no explicar, por sugerir, por dejar abiertos los enigmas.
La tensión va subiendo a medida que a los alumnos y los maestros se les hace más complicado convivir con Yuki y su estado de alerta permanente, de desconexión con lo que el resto percibe como real. Y aunque le dan poca bola, Matsumoto logra que Yuki nos ponga nerviosos, nos transmite su angustia, su soledad, su desconfianza hacia los adultos, y a la larga su valentía para confrontar con una amenaza que para él es real.
Si leíste The Maxx, ya estarás curtido en este tipo de misterios psicológicos, con simbolismos, planos de realidad superpuestos y limaduras mentales de alto vuelo. Matsumoto recorre con jerarquía y originalidad ese camino ya explorado por Sam Kieth, pero es un poco más abstracto en la resolución e igual de expresionista a la hora de dibujar lo que pasa, tanto en la realidad como en la mente de los personajes. GoGo Monster es una clase magistral de dibujo, con una narrativa lenta e hipnótica, con un guión tenso, a veces críptico, pero coherente, y muchos, pero muchos toques de genialidad. Se publicó en Japón en 2000 y en EEUU a fines de 2009, en una edición a cargo de Viz sencillamente devastadora. Un lujo.

Komikku Short News

Falleció el co-creador de Space Battleship Yamato, Yoshinobu Nishizaki, a los 75 años al caer desde su barco de 485 toneladas llamado intencionalmente como esta serie en un puerto en la región sur de Tokyo. Una verdadera desgracia.

Komikku Short News

Jiro Taniguchi ganó el "Gran Premio del Jurado Guinigi 2010 en Reconocimiento al Maestro de la Historieta", en Italia durante el festival del mismo nombre, debido a su gran trayectoria como artísta.

Komikku Short News

Uno de los Presidentes de Studio Ghibli, Koji Hoshino, anticipó en el Festival Internacional de Cine de Roma, que el estudio anunciará su nuevo projecto el próximo 15 de diciembre sin ningún antecedente más, lo cual aumenta los rumores de una posible secuela de Porco Rosso...

Komikku Short News

Ya se lanzó el sitio oficial del video juego para PSP Rurouni Kenshin, Meiji Kenkaku Romantan Saisen, que sería el primer juego de este personaje en 5 años. Pueden visitarlo en http://www.bandaigames.channel.or.jp/list/psp_rurounikenshin/

Otra vez por partida doble


A partir del jueves vamos a estar en el Imaginario de Santiago del Estero (que se fusionó con la Feria del Libro de dicha ciudad) con nuestro stand de venta y una charla el domingo 7 a las 18:20 hs en el salon auditorio del C.A. Alcorta.


Pero como si fuera poco y para no perder lo que ya parece una tradicion, el mismo Domingo 7 de la charla en Santiago, vamos a tener stand en el FanCon Shonen Matsuri (más info en http://www.fancon.com.ar), para beneplacito de los que viven en capital y alrededores.
Para el finde siguiente a este, tambien estamos por partida doble, pero ya lo anunciaremos oportunamente.

Komikku Short News

Shogakukan editara un libro con manoscritos de Osamu Tezuka completamente inéditos que trae las anotaciones e ilustraciones que el maestro utilizó como guía para crear mangas como Mighty Atom, Jungle Tantei, Metropolis y Nextworld.